miércoles, 12 de enero de 2011

Time... El Tiempo y Yo.


Time hates me. Definitively. Y no lo digo por un sentido de puntualidad. Si llego un minuto menos o un minuto más poco me importa. Me esperas y punto. A menos que yo tenga que esperarte, y eso hasta ahora nunca ha sucedido. Me gusta la puntualidad, pero no cuentes con otro peruano para eso. Anyway, no me refiero ni a la puntualidad ni a la no puntualidad ni a nada que implique ver un reloj y dictar la hora.

Mi tiempo, es el tiempo de mi vida. Los veinte y tantos años que se registran y a la vez es como si no existieran. Como si no hubiera firma para ellos. (Qué? Que cuántos años tengo? No se supone que eso no se dice? JA! A tí que te importa, total parezco de 15 jojo *-*) Como decía,  yo no he firmado nada. Sólo mis padres y mi ridícula acta de nacimiento, obligatoria para todo ser humano. Yo, alien, me dejaron por aquí botada así que tuve que ser incluída en su horrible mundo también.

Mi tiempo no es romántico. Nunca ha sido cariñoso conmigo. Empezando que se casó conmigo sin pedirme permiso, y se pegó a mí como un chicle de Willy Wonka, al que nunca se le quitan los sabores, en este caso, los sinsabores que trae consigo. 

Mi infancia? Recuerdo casi cada segundo de ella. Es increíble la memoria que tengo de esos años. Hasta cuando estaba en mi cuna como sonsa sin poder hacer nada, viendo como los demás hacían payasadas para hacerme reír. Y cuando empecé a caminar, y el chusma de mi hermano me asustaba con su Optimus Prime gigante. Pensaba que ese robot me iba a aplastar. O cuando sacaba la pintura de la pared y me la comía. O_O.... Sí, ya he dicho que soy rara. Lo llevo en los genes. Es parte de mí, ser un freak con estilo. Un amorfe inteligente. Un híbrido con sentido pero mediocre con excelencia. Tantos años y aún no sé cómo andar en este mundo. Tantas personas que he conocido. Tanta malicia que he visto, que he vivido. En mi adolescencia, carnada perfecta de niñas molestosas con coeficiente intelectual de cero. Qué hacía? Ni les daba bola. No me importaba su envidia, lo que dijeran, lo que hicieran. Al final yo era la inteligente, la primer puesto. Ellas, sólo eran las cerebro de Oddie envidiosas. Supongo que no les quedaba otra, no? 

Cuando era niña, el tiempo fue como mi nana. Mi eterna protectora. Ninguna maldad en el mundo podía tocarme. Mis ojos y mi corazón, eran inmunes ante cualquier injusticia, ante cualquier acto horrososo, ante cualquier problema. Yo, era peor que una princesa de hielo, con mis emociones reprimidas y esa postura de seguridad y armonía que ni siquiera me costaba aparentar, porque no lo hacía. Yo era así. Luego ese tiempo bueno se fue. Un día me dijo que no podía seguir conmigo. Vino para protegerme durante toda mi infancia, pero ya no podía hacerlo más. Y por primera vez, a mi corta edad, lloré como nunca en mi vida. Sabía que mi vida desde ese momento cambiaría. Que mi burbuja perfecta, que me excluía del mundo real, que me hacía ver los horrores del mundo, de mi familia, de todos, pero que me hacía tan indiferente ante ellos. Ella se iría. Y entonces abriría mis ojos a la realidad del mundo cruel. Del que te sonríe pero te clava una daga por la espalda. Era hora de contraer nupcias con el tiempo con el que me casaron. Con el que nací y era imposible evitar que me dejara. Sólo estaba ahí, esperando que el tiempo bueno se fuera. Que aquel que me cegaba cayera, para que él, lleno de malicia, pudiera abrir mis ojos a la fuerza y hacerlos ver la realidad. Lo que son lágrimas, lo que son llantos, lo que es no poder ser más indiferente ante tanta atrocidad. No pasó mucho, y la princesa de hielo se quebró.



Y del cole, aún siendo la Princesa de Hielo, pasé a la Universidad, ya un poco quebrada, por no decirlo totalmente. Mommy ya se había enfermado. Su enfermedad ya había despertado para no dejarla nunca más. La soledad de no tener a nadie conmigo para apoyarme por la "gran seguridad" que difundía no hacía más que arrojarme al abismo del infierno. De las almas en pena que ruegan por una salvación que nunca llega. Un padre malo que te hace mucho daño. Un hermano al que poco le importas, una primera entrevista con la muerte. Con ese ser que nunca pensé nombrar pero ya a mis cortos 15, quería saber cómo era. Quería saber si existía. Si acaso me colaba en su lista y podía llevarme. En ese contexto, ya quebrada, sin una pizca de hielo y con un sin fin de emociones en el corazón imposibles de controlar, llegué a la Universidad, y pasé a ser a ser la carnada perfecta de cuanta malicia hay en este mundo y yo no conocía. La niña inteligente que vivía en su burbuja, tuvo que salir a un mundo de chicos y chicas que se sabían todo desde la A hasta la Z. En ese sentido social, yo venía a ser un retardada que a la justas sabía deletrear. En ese mundo de chicos y chicas llenos de viveza, Maggie sólo se encontró con pura maldad a su antojo. Maldad que la juzgaba, maldad que le hacía daño, sin siquiera haber hecho algo para merecerlo. Aún no entiendo cuánto odio puedo causar a quien no me conoce. Sólo por sacarme 20 y por gustarle al más regio de la facultad. En fin, fueron años de calvario que juntos con los desastres familiares, hicieron de mi tiempo un infierno. Quería divorciarme de él todos los días. Pero no me dejaba. Su acoso era constante. Peor que un esposo machista. Peor que una ama de casa dependiente, era prisionera a cadena perpetua de una vida que no quería, de un odio que no había ganado, al menos no por causa propia. Pero tuve amigos sí, pocos, que luego me dieron la espalda. Hubieron algunos que yo tampoco supe valorar, cegada por la decepción. Anyway, dije "hasta aquí nomás" y me largué. Dejé ese tiempo en la calle. Con su maleta de gente maliciosa y despiadada, los boté de mi vida. Dos carreras, en distintas universidades prestigiosas, aún sin concluir, por un tiempo que mal me supo tratar pero del que tuve que huir. Pero, como me divorcié a la mala, dejé de tener tiempo, a la mala también.

Entonces, vino el tiempo del consuelo. Como ese tipo de amigo oculto que siempre te ha amado y está ahí misma telenovela, para soportarte, con tal que algún día te des cuenta cuánto te ama y haber si le das el chance y terminas casándote con él. Aunque sea por pena, pero casándote. Ese tiempo fue un cuento de hadas. El príncipe en caballo blanco que siempre había esperado. Aislada del mundo, en una burbuja ficticia, ahí vivía yo. Rodeada de gente que me cuidaba. Que me guardaba pleitecía. Que no me decía nada que no me gustara, pero tampoco me engreían. Sólo me trataban como debía de ser. Ése tiempo tenía para mí un castillo decente y unos empleados muy buenos. Pero nada dura para siempre. La malvada de la historia, la ex suegra de mi anterior tiempo, vino y me robó. Se contrató el mejor abogado y me hizo recordar el tiempo del cual no podía huir. Ese que se casó conmigo y yo ni idea. Resulta que, era algo así como un "antiguo matrimonio aristocrático", o sea, no te casas, te casan. Y aquel tiempo regresó conmigo.

Hubieron formas de huir. Sí, le fui infiel con otros tiempos. Corría hacia aquellos que pudieran darme siquiera algo de felicidad. Un mundo diferente donde pueda respirar y que no sea mi burbuja de siempre. Pero misma novela mexicana, la mala venía y el tiempo también. Y se mezcló con mis otros tiempos y ahora tengo una mutación de vidas. Una mutación de situaciones que este nuevo tiempo, que llevo desde noviembre del 2008, no deja de traerme. Sorpresas ingratas. Traumas imposibles de borrar. Miedos que nunca podrán curarse. Si lo hubiera sabido, me hubiera quedado con el tiempo que me pegaba, pero al menos conocía. En cambio éste, él me conoce, más yo no sé quién es. Es una mezcla de malicia que juega con la inocencia e ingenuidad, que a pesar de todo, aún no pierdo. Y disfruta con cada lágrima. Con cada trauma nuevo. Y si puede juntarse con otros, destruye la vida de otros tiempos también. Como destruye la vida de mom U_U

De este tiempo no sé cómo me voy a divorciar. No hay otro tiempo que venga a mi rescate. Y fuera de él, estoy más perdida que provinciana que pisa por primera vez suelo de la capital. Más allá de éste tiempo sólo hay un vacío. Un miedo interminable. Una bomba que está a punto de explotar, pero no sabes cuándo lo hará. Ya no se puede ni soñar. Este tiempo es más tirano y machista que el anterior y yo ahora, soy la esposa más sumisa y maltratada que pueda haber. 

Algún día huiré? 
Encontraré un tiempo bueno, pero de verdad?
Prisionera como estoy, nunca lo podré saber. 

Time hates me.



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