Estoy viviendo los días más terribles de mi vida.
Tú duermes en un descanso eterno.
A mí me fuerzan a despertar.
Imágenes, millones de ellas en mi cabeza.
Vos, allí, sufriendo.
Vos, allí, en agonía.
Vos, allí, llorando, suplicando misericordia.
Mercy?
Yo, allí, veo tu sufrimiento, corro para que te salven.
Pero yo no puedo aliviarlo.
Yo, allí, llorando también, pero ocultando mis lágrimas, porque ibas a sentirte muy mal al verme así.
Yo, allí, suplicándole a Dios misericordia, pero no dejabas de sufrir, al contrario, tu agonía aumentaba.
Mercy?
Me golpeo la cabeza contra la pared, para olvidarte.
Quiero que la inconciencia se apodere de mí.
Pastillas, muchas pastillas. Cocteles con ellas.
Pero siempre despierto. Siempre veo el día siguiente.
Y me despierto como Rei Ayanami,
misma alma, distinto cuerpo.
Y sientes un vacío terrible que te carcome,
pero no te desaparece.
Mercy?
Ahora que me dejaste, ya no sufres.
Ahora, el dolor es sólo mío.
Y está el tema de la dependencia. La maldita dependencia.
Porque el tiempo se detuvo mommy, y dejé mis dos carreras inconclusas.
Ahora, tres años depués, el tiempo se activó, como si estos tres años nunca hubieran existido.
Nunca le pedí nada a Dios por cuidarte, porque nunca lo hice por eso.
Sino porque te amo. Porque eres mi vida. Lo que más adoro en este mundo.
Pero siempre tuve la esperanza que el tiempo, en tu ausencia, se reanudara con un consuelo.
Pero el salvavidas nunca llegó.
Vino el mismo tiempo vil, cruel, despiadado.
Se activó para recordarme, que no soy nada, que no valgo nada.
Y que, soy lo que tanto detesto, y por lo que tanto me odio,
soy una dependiente del padre que nunca ha sabido que le guarde el afecto debido.
Mi hermano me dice que va a darme todo su apoyo.
Pero tengo miedo de callar, acentar la cabeza y no replicar.
Dicen que no va a ser así. Que tenemos que estar juntos.
Ahora la familia son tres.
Pero, siempre está ese sinsabor que nunca se me quita.
Mercy!
En estos momentos, escribo fuera de casa.
No quiero regresar allí.
No quiero verlos.
Pero tampoco quiero estar afuera, en las calles.
Sólo quiero llorar, mommy.
Mi cuerpo se ha programado para sucumbir ante mi miseria.
Ya no como. Estoy muy fría. Necesito tu calor.
No tengo tu respiro cerca a mi rostro.
No tengo tus ojitos de gatito preciosos.
Tu melodiosa voz. Tus besos llenos de amor, de ternura.
Mercy?
¿Porqué no me llevas contigo mommy?
Sé que prometí no llorarte, ni siquiera mencionarte.
Pero tu ausencia, la dependencia, el no valer nada.
Sólo tú me salvabas de eso, mommy.
A pesar de dejar mis dos carreras, a pesar de considerarme nada,
para tí lo era todo.
Y yo que buscaba desesperadamente que alguien me quisiera,
TÚ me querías mommy. TÚ me amabas. Yo era tu vida.
Ahora, quién va a amarme?
Quién va a protegerme?
Sólo tú me salvabas de mis desgracias mommy, de mi soledad.
De mi corazón roto. Mi existencia valía y valía mucho contigo.
Ahora, ¿Qué soy sin tí, mommy?
Mercy?
Lo sabía.
Tu muerte era el final de un infierno que ambas sufrimos.
Aunque mi dolor nunca podrá compararse con el tuyo.
Tu muerte, ahora fue el final de ese infierno, y el inicio de uno nuevo.
Uno sólo para mí.
Me dejaste, y de un infierno pasé a otro peor.
Mercy!
Tengo que huir si al menos quiero vivir con decencia.
De una humillación, también pasaré a otra.
¿Dónde estás, que nunca vinistes?
¿Dónde estás, que permitiste tanto dolor?
TU CORAZÓN NO DEJÓ DE LATIR POR MISERICORDIA.
TU CORAZÓN DEJÓ DE LATIR PORQUE YA NO SOPORTABA TANTO DOLOR.
Y te maté al ordenarle que dejara de latir.
Y te maté cuando, esa noche, antes de que partieras, te supliqué que te dejaras ir. Y me escuchaste, me entendiste, porque te molestaste conmigo. No querías que cogiera tu mano. Y me dolió que te fueras enojada conmigo, mommy.
Mercy?
¿Dónde estuviste todo este tiempo Dios, que permitiste que ambas llegáramos a ese punto?
¿Dónde estuviste, cuando mommy no podía ni dormir de tanto dolor, y ningún narcótico le hacía efecto?
¿Dónde estuviste, cuando dejaste que su cuerpecito se consumiera a huesos y llagas?
*Lloro, desesperadamente. Llena de impotencia.
¿Dónde estuviste stos 12 años, y toda una vida entera de sacrificios, que permitiste que mommy sufriera?
¿Porqué no viniste a salvarla?
¿Porqué permitiste que mi mommy, un ángel, fuera tan cruelmente mutilado por todos los demonios de esta Tierra?
Mercy?
Mercy!
¿Y dónde estás ahora, que no descanso en llamarte, pero me ignoras?
DIOS NO EXISTE!
NO PARA NOSOTRAS, MAMÁ.
Y eso es lo que más me duele, que Dios existe, pero nosotras no existimos para él.
Dejó que te consumieras en el dolor extremo. Te dejó un corazón fuerte que resistiera lo suficiente para que el dolor se regocije en tí a su antojo.
Dejó que mi desesperación pidiera a gritos tu muerte.
Sabiendo que ese pensamiento crearía en mí un daño que nunca podré superar.
Y dejó que tus últimas horas pudiera presenciarlas, y aunque lo agradezco, son horas de agonía que han creado en mi mente un daño permanente que ni mil psiquiatras podrán curar.
No tengo cura para los traumas que sufrí en ese lugar.
Para las humillaciones que tuve que soportar.
Para los miedos que me persiguen como pesadillas y no me dejan dormir.
Mercy?
Y eso es lo que más me duele.
Que Dios existe, pues creo en él.
Pero nosotras nunca existimos para él.
Acabo de venir de misa. Me confesé.
Le dije al padre que tenía mucho odio por dentro.
Que me sentía asfixiada.
Que sólo quería suicidarme.
Le conté sobre tí. Todo lo que sufriste.
Y le pregunté, ¿Dónde estuvo Dios en todos esos momentos?
Y le dije que, odio mucho a Dios por eso.
Y sabes que me dijo mommy?
*NADA
No pudo decir nada.
Ven? Ni el propio padre pudo justificarme tu abadono.
Cómo dejaste que los demonios cometieran sacrilegio con mi madre.
Cómo dejaste que mataran así a un ángel.
Mis plegarias nunca te llegaron, o nisiquiera las quisiste escuchar.
*NADA
NI UNA PALABRA PARA DEFENDERTE, DEAR LORD.
Mercy?
Me absolvió de mis pecados, que ni yo misma puedo perdonarme.
Aún atónico, por no responder mis reclamos desesperados.
Ahora, tengo la comunión dentro de mí, pero siento el mismo abandono de siempre.
En este infierno nuevo, soy la carnada perfecta para todos.
So, lancen sus cañas! Vayan a pescar! Que los peces más grandes vendrán por mí.
Ya vivo con dos. Y cuando salgo a la calle, me rodeo de miles. Miradas listas para atacar. Esta vez siento que ya no me admiran. Ya me convertí literalmente en un fantasma. Ya puedes ver mi desgracia. Ni mi porte, ni mi caminata imponente, ni mi perfecta vestimenta, pueden ocultar la miseria que llevo en el rostro. Los ojos ojerosos, llorosos. La piel pálida. Adiós mejillas sonrosadas.
No te alegres, que aún sigo siendo más regia que tú.
Pero presa, vulnerable, no falta mucho, no falta.
Mercy?
Es cuestión de tiempo para que hagan sacrilegio conmigo también.
Y denigren mi existencia a lo más ínfimo.
Total, no soy nada. No valgo nada.
La imponente Maggie_chan. Esa dama de caminada firme y gran porte, que la ves y comentas. Que la ves y contemplas.
Maggie_chan, en el fondo, no vale nada.
La vida perfecta que puedes crear de ella y anhelar también, porque es más que seguro que eso haces, esa es sólo una Barbie que al cerrar el telón, es un manojo de desastres que no puede controlar.
Que vive en una burbuja que están rompiendo, a la fuerza, contra su voluntad.
Todos son mejores que yo.
Pero nunca te reirás de mí.
No te daré ese gusto, igualado.
Mercy?
¿Dónde estás mommy?
¿Dónde está Dios que aún no llega?
Mercy!
Hundida en mi desesperación.
Oscuros pensamientos me atormentan.
Imágenes tuyas, en agonía, me desquician.
Sacan lo peor de mí.
Estoy perdiendo el control total de mi mente, de mí misma.
Quiero llorar, quiero gritar.
Quiero que este cuerpo pague por tanto abandono.
No tengo motivos para tenerme aquí.
Mercy?
Y eso es lo que más me duele mommy.Que Dios existe, pero no para mí.
No estoy en su lista de santos ni demonios.
Sólo soy un alma abandonada, un alma desgraciada que nada merece.
¿No le hablaste a Dios de mí?
¿No le pediste que me cuidara? ¿Que me mandara un ángel?
NO TE QUIERO A TÍ, recuérdalo.
Conmigo nunca tendrás descanso, porque sabes que te mentí cuando te dije que iba a estar bien.
Mercy?
Perdóname, mommy, porque no puedo dejar de hablarte, aunque sepa que no estás ahí. Que ,en efecto, no hay nadie conmigo.
No te siento. ¿Qué ves desde el cielo mommy, que también te alejas de mí?
Mejor, es lo quería. Aunque mienta al decir esto.
Mercy!
Me río y luego rompo en un llanto inconsolable.
¿Si Dios no tuvo misericordia contigo, que eras un ángel?
¿Porqué esperaría misericordia para mí?
Si ambas caímos en este abismo de desesperación y dolor constante.
Si to te salvó a tí, ¿Porqué tendría que darme una mano y voltear a mirarme?
Mercy?
Quiero ver mi nombre inscrito.
Quiero una fecha definida.
Quiero fusionarme con las nubes en lo alto de los cerros y,
desaparecer en un día de truenos o lluvia.
Quiero dormir como tú mamá.
No soy fuerte. No podré levantarme y huir.
Si la Misericordia de Dios, que tanto suplicábamos para tí,
nunca llegó, my dear mommy.
Entonces,
La Misericordia de Dios, con mucha más razón,
nunca llegará para mí.
Querida, a riesgo de ser malinterpretado [es el riesgo del lenguaje escrito], me doy unos minutos en la oficina para escribirte.
ResponderEliminar1ro) No estás sola. Para nada. Estoy seguro de ello. Una pequeña muestra de ello es que estoy aquí, leyendo, siguiéndote y pensando todo el tiempo en cómo estás, cómo ayudarte a salir adelante. Porque aunque parezca que no hay salidas... aunque pueda resultar un fastidio la idea: las hay.
2do) Sé perfectamente que no es momento de solicitarte que hagas nada. Está muy bien que lo asumas así. Asimismo, también debes saber, con madurez, que pronto deberás tomar decisiones y medidas para avanzar.
3ro) También sé perfectamente, que no hay manera de que nadie sienta lo que estás sientiendo ahora. Sin embargo, muy por encima de eso, abandonarte sería visto como un acto de inmadurez total. Disculpa si mis palabraas son frías, querida, pero es la verdad y lo hago porque me importa mucho tu bienestar. Yo sé que eres fuerte y sé que esa fuerza no se ha extinguido: tan solo está terriblemente debilitada. Nunca pensé que fueras el tipo de personas que se rinde... y creo que tú también lo sabes, querida.
4to) En esa misma, minúscula y debilitada fuerza, radica muchísimo porvenir tuyo. Si de por sí la casa y la calle te resultan incómodas, quizá podrías averiguar si es posible retomar algo que quedó en "stand by" haec algunos años. Si de por sí toda situación resulta insoportable, ¿qué más da intentarlo?
5to) VALES MUCHO. No puedo leer una vez más ese sentimiento de subestima, Maggie. Los que sabemos todo lo que has hecho y vivido hemos aprendido bien que la categoría de "dependiente" ó "independiente" no juega a la hora de calificar a una persona. Que ahora seas "dependiente" y que muy pronto seas todo lo contrario es algo que puede cambiar rapidísimo y depende mucho de lo que vayas a hacer. Deja de pensar que eso es un motivo para sentirse mal. Para afrontar estos 12 años, tu padre y hno. han sido 1000000% dependientes de ti, ¿habías pensado en eso?
6to) De dios, espero que te dé paz. Pero a veces la paz depende muchísimo más de lo que creemos, de uno mismo. La paz sea contigo, querida Maggie. La paz está en ti desde siempre, solo búscala allí mismo.
Espero vernos muy pronto, estos días inmediatos.
Te mando un abrazo grande, fraterno y cercano!
Cam.
Gracias, Camilo.
ResponderEliminarTus palabras no son para nada malinterpretadas. Al contrario, entiendo todo lo que me has querido decir.
Sólo puedo decirte que el tiempo será el único que me haga cambiar de parecer. Somos amigos, pero ni vos ni Sally conocen cosas duras por las que he pasado, muy aparte de la enfermedad de mi madre. Y todo junto, en estos momentos, es un manojo de sensaciones y sentimientos que regresan una y otra vez, y eso aún no se puede sanar.
Lamentablemente, esa baja autoestima que tengo, se ha cultivado tanto, así como los miedos que este menosprecio me hace sentir.
Pensé que podría lidiar con la muerte de mommy, pero conforme pasan los días, es peor. Vas a tener que pedornarme, porque por el momento, no voy a poder ser la Maggie que todos esperan. Tú mismo lo has dicho, mi fuerza está terriblemente debilitada.
Te soy sincera. Sólo tengo un mundo gris a mi alrededor. Y yo también espero que pronto salga la luz.
Gracias por tus buenos deseos. Como también te dije en un comentario previo, gracias porque siempre están conmigo.
Un beso inmenso para Sally y para vos.
Sí! Hay que vernos pronto.
Los quiero mucho.