viernes, 5 de agosto de 2011

Vidas Paralelas.



¿Cuántos de ustedes han sentido que otra vida debió haber estado ahí esperándolos, pero alguien vivo vino, y se las robó? Cuántos sienten que pudieron haber tenido un futuro mejor? Estoy segura que el 100% de la población baka me diría que sí, que lo han sentido. Excepto aquellos que gozan de una vida feliz y privilegiada, donde no les falta nada porque lo tienen todo, amor y sobretodo dinero.

El dinero... el mundo gira alrededor de cuánto vales por tu cartera y no por cómo sos vos realmente. El físico también es importante. Al peruano, cholo, lo tratan de manera despectiva. Al rubio, extranjero o peruano, lo tratan con pleitesía. Se los digo porque yo he gozado de eso. Por ser rubia y bonita, he recibido más privilegios y tratos especiales que la mayoría que es, pues simplemente, de rasgos peruanos.

Pero no me quejo,  ni intento convertir esta entrada en un conflicto entre cómo se trata al serrano, al meztizo, al morocho, al negro o al rubio. No es a lo que quiero llegar.

Vidas paralelas. Una vez, una mujer, que sabía leer la mano me dijo: tú tienes dos línes de la vida, porque tú vives dos vidas, sólo que la miserable es la que no deja que vivas la que realmente mereces. Creo que es cierto, siempre he sentido que hay algo más esperándome, pero no sé cómo llegar a él, a esa vida, a esa liberación de la miseria, del dolor.

En todos estos años mi mente y cuerpo se han debilitado. Sé que soy fuerte, sino no hubiera podido estar de pie y enfrentarme, imponerme, luchar contra todo el mundo en ese hospital inmundo que mató a mi madre. Y tampoco hubiera podido estar de pie viendo cómo se me consumía, con un cuerpecito que terminó siendo ya no mi madre, sino una mutilación. Un sacrilegio para un alma tan pura a la que Dios permitió que le pasara de todo y sufriera los peores dolores y agonizara, de manera terrible, hasta su último suspiro. Aún esos recuerdos no los puedo borrar, asaltan mi cabeza para volverme loca y empezar a perder el control como en aquellos años, donde Maggie se enfermó y simplemente ya no era Maggie, sólo una máquina autodestructiva.

Siempre tengo ideas, vivo de ideas, de planes, de sueños, que luego veo cómo se realizan en personas que aparecen de la nada. Y digo: "Maldito/a me robaste mi vida!" Pero claro, no me la robaron, fueron los privilegiados de poder tenerla.

Siento, mientras escribo, que estoy y a la vez no estoy aquí. A veces camino y siento que vuelo. A veces camino por las calles y por unos segundos la calle deja de ser la normal para convertirse en otra, con otras cosas, otros árboles, otras personas, otros colores, otro mundo. Estaré al borde de la locura? Mi desesperación por huir de este mundo me hace ver un mundo diferente al que quizás añoro pertenecer? No lo sé, pero al menos, para no ir al extremo, digamos que tengo una mente que proyecta mundos paralelos muy interesantes.

Siempre he sentido que, vivo dos vidas, sólo que una maneja a la otra. El dolor, el rencor, la agonía, pueden más que la alegría, el poder levantarse, la liberación. Estoy en el momento donde el alma se quiebra, se rompió en mil pedacitos y hay madre mía haber cómo los vuelves a juntar todos.

Este no es el único plano que existe en la tierra. Hay otro, donde sólo el alma domina y el cuerpo es un recipiente vacío. He salido de mi cuerpo sin siquiera prepararme, sin leer libros ni juntarme con esa gente que le encanta conjurar cosas de libros que ni entienden y al final terminan fregándose la vida, perseguidos por seres malignos a los que ellos mismos, como idiotas, se entregaron en carnada viva.

Una vez, en mi cuarto, estaba descansando y me desperté. Quería sentarme pero cada vez que lo hacía sentía que algo me jalaba y regresaba a la cama. Luego puse mucha fuerza, aún sin entender lo que estaba pasando, y logré levantarme. Cuando volteé, vi mi cuerpo echado, aún durmiendo. Me miré al espejo y al principio solo era una forma negra hecha de barro. Luego se fue aclarando y me vi a mí misma, pero algo diferente. Escuché pasos, muchos, que venían del pasadizo, corriendo, y escuché una voz que me dijo: "Regresa! No es el momento para tí de desdoblarte, no estás preparada!" Volteé y era una señora morena, con un manto que cubría su cabeza, me dijo nuevamente pero en un tono fuerte e imponente: "Regresa!" Y ella misma me empujó hacia mi cuerpo, y desperté con la sensación de que no podía respirar, asustada, hasta que me fui calmando.

La siguiente noche, en sueños, esta señora entró a mi cuarto, se sentó al borde de mi cama y me dijo: "Eres muy fuerte, quizás demasiado. Tu alma ya quiere irse a otros niveles, pero tu mente no está preparada para eso. Tú eres importante, pero TE ESTÁN DESVIANDO DE TU CAMINO. Pero llegarás ahí. Eres una persona especial y serás muy importante"

¿Sólo fue un sueño? Perhaps, who knows. Pero no dijo nada que yo no supiera, nada que no hubiera pensado antes.

Sé que hay algo afuera esperándome. Sé que todos estos traumas por los que he pasado no han sido en vano. Sé que soy parte de algo grande. Pero, Dios, Cuándo? Ahora débil, derrotada por los maltratos y mi pérdida, aún no puedo levantarme. Pero porqué no volteas y me das tu mano? Me recoges del precipicio al que estoy cayendo? Sabes que sóla no puedo. Ya perdí todas mis energías, Señor.

Cuándo empezaré a vivir la vida que siempre debí? Sabes que no quiero vivir, pero no me autodestruiré. Mi catolicismo no me lo permite. Pero ya no quiero esperar más. Cualquiera me diría: "Pues niña! Levántate cara*o y deja de llorar, pon de tu parte y supéralo, que tu mommy ya no está" Pero no es fácil, no para un mente tan dañana como la mía. No para un disco duro lleno de virus que lo han destruído por completo. Dios, sabes que sola no puedo. Y necesito llegar. Si tengo que estar viva, necesito vivir entonces.

Dame las fortalezas necesarias para resistir el hecho de que estoy perdiendo el control. No tuviste piedad con mi madre, no impediste que sufriera de la manera que sufrió, que le hicieran todo lo que le hicieron y terminara cómo terminó. Pero mírame, aunque sea por un segundo, y tenme algo de compasión. Regrésame a la vida que siempre tuvo que ser mía. Siento que aún está ahí esperándome! Que no la he perdido. Pero no sé cómo llegar a ella!

Ahora, sólo soy una pequeña niña que llora en un rincón deconsoladamente y no teme admitirlo ni que la vean, nisiquiera que sientan lástima por ella. No te reclamo, te suplico, Señor. Estoy sola, no me abandones tú también, como abandonaste a mamá. El sacerdote una vez me dijo, que no hay explicación para que Dios permita tanto dolor en un persona. Sólo debemos aceptarlo y no perder la fe. Pues yo no he perdido la Fe. Sólo que está debilitada por todo lo que está pasando. Tú sabes también eso.

Si tengo que seguir viva, tengo que llegar a dónde pertenezco. Las sombras negras de las malas influencias me atormentan todos los días. Los impulsos malos se hacen cada vez más incontrolables. Los recuerdos de agonía y dolor de mi madre me siguen destruyendo, aún sabiendo que ella no sufre. Que ella ahora está feliz en el Cielo.

Nada cambia el hecho que Maggie sigue cayendo. Veremos si algún día alguien la salva o termina en el fondo del hoyo, muerta en el suelo.


1 comentario:

  1. Sé que no caerás hasta el final, hasta ningún golpe rotundo, al menos (por que te sé fuerte). Puede que sigas cayendo mucho más, pero tendrá un final... y estoy seguro de que será más sorprendente de lo que puedes imaginar en estos momentos. Sé también que a veces no es sencillo rodearse del ambiente que uno desearía (por familia, amigos, estudios, trabajo o lo que fuere), pero tú, en el fondo, sé que sabes que seguirás avanzando.

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