viernes, 15 de julio de 2011

Once Upon a Time, I had a Friend.




Once upon a time,
I had a good friend.
No le agradé al inicio.
Yo tampoco sentía empatía por él.
Conversábamos a menudo por messenger.
Pensaba que mis intereses eran sólo "business",
como si nadie pudiera escribir sólo por él.
Para preguntar "Cómo estás?" "Qué tal ne?"
Pronto el chico hostil se dio cuenta que
conmigo podía conversar,
y platicábamos muchas horas por la red.
Por "business" tenía que madrugar,
yo, por asignaciones de la universidad,
madrugaba también.
Nos llegamos a llevar muy bien.
Podría decirse que éramos amigos,
aunque siempre me refería a él como "usted",
y eso no le gustaba.
Le puse muchos nick names.
A él no le importaba. Al contrario, se reía.
No era mayor. Tenía 26.
Pero tenía razón, no merecía que sea tan despectiva,
y empezé a llamarlo por su nombre.
Me divertía mucho con él.
Me agradaba tener alguien con quien conversar,
aunque implicara no dormir en toda la madrugada.
Un día le regalé una pulsera,
la pulsera del Señor de los Milagros.
Se sorprendió por el obsequio,
sentía que no lo merecía.
Pero se puso muy feliz y yo aún más.
En ese momento me di cuenta que tenía un amigo.
Uno de verdad.
Aún recuerdo el día que fui a despedirme de él,
porque se iba a Japón.
Eran tan sólo un par de días pero estaba tan preocupada.
Ese día fui luego de salir de la universidad.
Le mostré mis cuadernos, mis tareas, mis buenas notas.
Me divertí tanto.
Sentí que estaba con el hermano que nunca había tenido.
Le contaba sobre mí y se reía con mis gestos llenos de ingenuidad,
cuando decía cosas que no podía entender.
Pero no eran malas eh! ¬¬
Ese día regresé a casa contenta,
sentí que no sólo tenía un amigo,
era como el hermano mayor que me faltaba.
Regresó de Japón y se puso feliz al verme.
Era genial conversar con él por horas.
Era mi amigo, y ahora como mi gran hermano.
Pero había algo que no estaba bien.
Y es que para él, creo que yo no era una amiga,
menos una hermanita menor.
Un día por messenger, escribió una frase que me asustó.
Una frase sugestiva, insinuante.
Definitavemente no me agradó.
Me tuvo inquieta todo el día.
No sabía si decirle que estuvo mal que escribiera eso.
Al final me decidí y le escribí un mail.
Le dije que no debía escribirme así.
Que frases así no podía aceptar una señorita como yo.
Le pedí que moderara su vocabulario, como siempre,
de lo contrario no íbamos a poder hablar más.
Exageré? No lo sé. Pero me asustó.
O quizás soy muy inocente e ingenua
para lidiar con esas cosas.
Cualquiera sea el caso, le escribí y él respondió.
Respondió tan molesto. Se sintió tan ofendido.
Tan ofendido que empezó a ofenderme a mí.
Yo me asusté y fui sincera, pero a cambio recibí tal ataque,
que lo podía sentir como un gran golpe llegando a mi cuerpo.
No sé si realmente se sentía ofendido o estaba exagerando,
porque tal vez mi mail era una negativa rotunda
a la posibilidad de algo más,
que sólo estaba en su mente más no en la mía.
Creo que eso fue lo que lo molestó.
No tanto el hecho que le dijera que cierta frase no me gustó.
Sino la indirecta de que nada más podía pasar entre nosotros.
Desde ese momento cortó todo contacto conmigo.
Quién lo entiende? Hasta ahora no logro entenderlo.
Pero quien era mi amigo,
dejó de serlo en menos de un minuto.
¿Realmente hubo amistad?
Una vez, después de casi dos años, quise recuperar eso.
Quería saber qué había pasado.
No olvido ese día que sonriendo,
sentí que no sólo tenía un amigo,
sino también un hermano.
Pero fue imposible tratar con él.
El chico que una vez me dijo que,
era la mujer que más respetaba y admiraba en el mundo,
ya no existía. Se había ido. Quizás nunca existió.
Fue ofensivo, cortante y maleducado.
Tanto odio, tanto rencor...
No podía creerlo.
Será cierto lo que mis amigas dicen?
Acaso te rompí el corazón?
Tal vez sí. Creo que fue eso.
Y no di vuelta atrás. Te puse en tu lugar. 
Te recordé con quién estabas hablando.
Como vos dijiste: "Soy intocable"
Recuérdalo bien, o pagarás por mis medios.
Y así fue.
Ese día me sentí triste.
El amigo que tuve... nunca fui una amiga para él.
Qué habré sido en su cabecita retorcida? No lo sé.
Pero no era ni una pizca del hombre,
con modales perfectos que conocí.
El que sólo quería impresionarme y halagarme.
El que se preocupaba tanto por mommy y por mí.
Sí, ése es el problema con los chicos cuando conozco nuevos.
No puedo ser tan cordial como suelo ser.
No puedo ser tan encantadora, tan buena anfitriona.
Porque les es imposible mirarme de otra manera,
y lo que para mí es amistad, para ellos es otra cosa.
El intento, la posibilidad talvez,
de salir con esta muñequita blonda.
Se ilusionan con la idea de algo que para mí no existe.
Sos mi amigo, nada más.
Soy así de cordial y perfecta con todo el mundo.
Y cuando me lo dices y te digo que no, es porque no pues!
Y te ofendes, te sientes sumamente ofendido.
Y desapareces del panorama.
Convirtiéndome en la bruja malvada del cuento.
Tanto trauma causo con un rechazo?
Tanto daño ocasiono en tu mal formada cabecita?
Hoy que quiero estar sola y a la vez no estarlo,
lo recuerdo a él, cuando era mi amigo,
cuando era el chico educado y preocupado por mí,
el que me hacía reír,
al que le mostraba mis cuadernos y mis notas.
Y no puedo evitar extrañar eso.
Extrañar ese amigo, ése que era como un hermano.
Ése que ahora, en otras circunstancias,
sé que estaría aquí conmigo, muy pendiente de mí.
Pero tal vez nunca existió y,
sólo actuó así porque en su mente había algo más.
Algo que Maggie no podía aceptar.
¡Es que yo no te veía así!
Y no sólo por mi rechazo pagué tu ausencia,
sino que gané de vos un odio y rencor inmerecido.
¡Qué clase de chico tan extraño!
En buena hora mostraste tu rostro y te alejaste de mí.
Pero recuerdo una y otra vez la felicidad de ese día,
en que pensé que por fin tenía lo que había estado buscando.
Uno amigo especial al que llegué a querer tanto.
Y luego lo destruíste todo en mil pedazos.
Pero lo recuerdo una y otra vez,
ES INEVITABLE. 
Y quisiera que sólo regresara ese momento,
ahora que estoy sola y no quiero estarlo.
¿Porqué no podía ser sólo una amiga?
Estaba tan feliz!
Pero me olvido justamente de eso,
que no puedo tener amigos.
Todos terminan buscando algo más.
Un afecto que no puedo darles.
No soy pretenciosa,
no es que todo niño que me conoce se enamore de mí.
Pero pasa muy seguido, para mi mala suerte.
Y cuando encuentro a quien podría ser un gran amigo,
me topo con lo mismo, una y otra vez.
Amor oculto, declaración inevitable.
¡Porqué los que quiero como amigos, nunca lo pueden ser!
Y recuerdo una y otra vez,
(parezco un disco rayado)
I wish those days could be back!
Pero todo fue irreal.
Para tus ojos, yo no era tu amiga.
Pero recuerdo, una y otra vez,


Once upon a time, I had a good friend.

1 comentario:

  1. Maggie, creo que vas a tener que vivir con eso el resto de tu vida. Es más, si yo te conociera, estoy seguro que terminaría enamorado de tí.
    Eres lo que todo chico quisiera! Dulce, inocente, inteligente, pura como un ángel, y las cosas maravillosas que has hecho por tu madre, por quienes quieres... no es difícil que el hombre que te conozca termine deseando estar con alguien así como tú.
    No tengas pena por ese idiota. Perdió tu amistad, que estoy más que seguro que vale oro y ahora debe estar golpeándose el cerebro por haber sido tan idiota.
    Dios! ES increíble cómo no te conozco pero ya me has cautivado. Me siento hehcizado por tus escritos tan sinceros. Llenos de tanto sentimiento, que pueden hacerme llorar o reír con tus ocurrencias. Ye te dije, escribes de una manera muy particular. Eres un diamante que necesita pulirse. Tu mommy y Dios te llevarán a esa gloria que tanto mereces. No dejes que tu baja autoestima, cosa absurda para alguien que en sus propios escritos reconoce lo inteligente y genial que es, pero no dejes que te gane, que te venza.
    No dejes de escribir, por favor. Tus poesías también son hermosas. Tristes pero hermosas.
    Eres capaz de transmitir tantos sentimientos en las demás personas, eso es bueno. Potencia tu don al máximo. Por favor.
    Tu fiel seguidor,
    Hans.

    ResponderEliminar